lunes, 15 de septiembre de 2008

Normalismos.

Cómo te dejaste callar por esa fuerza, te rendiste alevosamente a hablar palabras huecas que ya dijeron otros antes que vos, tenés la boca tapada por un anuncio de Chanel, y tus ojos no ven más allá de las dos tapitas redondas y rojas de Coca-Cola que los cubren. Te relegaste a sentarte todos los días a ver los autos pasar, las personas pasar, las moscas. En esa ciudad llena de ruido y humo en la que elegiste vivir, en la parte más vacía y muerta de esa ciudad que está más viva que tu último órgano, ese lugar decrépito del que te quejás pero tampoco tratás de cambiar.
Todos los días te levantás para tener otro día vacío, para hacer algo que vos no elegiste, que venía de regalo con la compra de una existencia, que conseguiste con un 30% de descuento por ser la más mediocre, pero te creés que sos tan superior, vas por ahí cagándote de risa de las personas que, no como vos, tienen los ojos libres de ver las cosas como tienen ganas, y que capaz no tengan la más pálida idea de qué es lo que se viene este verano, pero que si te caés en una zanja y te mojás hasta las pelotas en barro no van a dudar un momento en ir a ayudarte, antes de pensar en si les vas a robar o en lo lindo que te queda ese sorete en la cabeza.

2 Habladurías:

Ezequiel Femia dijo...

Me encantó este texto *-*

Tuni dijo...

Cambiaste un poco el estilo :o
Y este texto me hace acordar a alguien en ciertos aspectos...
besitos, Annie (: