sábado, 27 de septiembre de 2008

Silencio!

Cierra tus ojos y abandónate, no morirás, por dios que no. Ese filo que traes en las manos aún no tiene una sola gota de sangre decorándolo, embelleciéndolo. Sólo se lo ve sediento, vicioso. Parece una pared blanca que espera ansiosa cobrar vida, pero con el brillo de plata casi lunar que tienen los metales asesinos. Grita silenciosamente su deseo de penetración, de apertura, de corte.
Uno, Dos, Tres, el hacha baja y sube, baja y sube, baja y... La sangre. Las paredes avejentadas se pintan como de gala, con esos hilos y botones rojos que pareciera le confeccionaran una nueva y brillante prenda, para lucir en esta fiesta de la que nadie hablará. Elegancia. Elegancia en tu acto menos elegante. En tu acto más sentido. Carne.
Cuatro, Cinco, Seis, una teatral sonrisa de dientes diabólicos brilla blanca en la oscuridad del cuarto que se ve más negro que hace cinco minutos, Con la carnicería comienzó esta espiral sin retorno, se retuerce la visión de esa cara enmarcada por un filo pesado, se convierte en algo más pérfido, menos posible. Más apasionado, con ese fuego de locura en cada pupila, en cada poro.
Siete, Ocho, Nueve, La consciencia abre paso a la bestialidad, a la devoración. Ameno banquete escarlata, las esquirlas todavía resbalan por las cuatro paredes manchadas de humedad que te hacen de testigos. El hacha cae al suelo, irreverente, se desliza de entre tus dedos desafiante, con un estruendo increíble, alevoso, casi silencioso. Casi irreconocible, angelical. Aquel líquido color rubí te sienta de maravilla con tus ojos negros, casi negros. Obsidiana.
Diez minutos después, te veo caminando tranquilo por la calle, enfundado en tu abrigo oscuro, cara de ángel. Solo yo sé que esa gota de sangre en tu mejilla que se te olvidó borrar proviene de esa habitación gris donde tiempo después de olvidar tu corazón conmigo olvidaste tu hacha pintada de rojo. La razón, omitida. Pecado. Todos somos pecadores.

3 Habladurías:

James Dean dijo...

ugh me recuerda a un pasado que no quiero recordar.

Anónimo dijo...

pescado.

todos somos pescadores.


ahre, nono.
MAGISTRAL.




y encima escucho radio nacional clásica
me siento intelectual leyendo esto (Y)

Anónimo dijo...

me caiste re bien che :D