jueves, 31 de julio de 2008

Vacío

sisi, voy a hacer un vacío.
iba a escribir algo pero la verdad se me fueron las ganas, tengo mucho sueño.

que vacaciones cansadoras que estoy teniendo, dios mio (:

Soundtrack: Fear Before The March Of Flames

viernes, 25 de julio de 2008

Polaroids of Dead Places

y yo te daba la mano mientras te alejabas del encuadre y te llevabas un pedazo de mi. cierro los ojos y todo es negro, y cuando los abro hay una luz blanca que me ciega, empiezo a correr...
un cuerpo. algo con lo que chocar. algo que nunca aparece y estas piernas no se cansan, corren, corren como si tuvieran vida propia sin ojos que las guíen, un cerebro envuelto en trapos viejos que ya olvidó cómo hacer aquel tictac que lo mantenía con vida. se desvanece. se desvanece y sin embargo impacta repetitivamente contra algo que no existe, como el botón de una cámara sin rollo. resuena un flash refulgente para no capturar nada, es una imagen que pasa por tus ojos pero no se queda. pierde el color, una foto en blanco y negro que no destiñe con el sol, una copia en sepia que se pierde entre la lluvia. una foto instantánea que no acaba de secarse. tinta que se corre. ojos que chorrean manchas negras que arruinan tu ropa, y a vos no te importa. porque tal vez entiendas cómo yo necesito dejar caer esa negrura. o porque tal vez no te importa y ya. no puedo meterme en tu cabeza. y tampoco puedo decir que me gustaría. situaciones que se repiten como un rollo de película velado. todas las imágenes son iguales y no dicen nada, aunque tarde o temprano voy a darles algo que decir.


hacía mucho que no me sentaba y salía uno de estos (:
sí, salió solo y en el momento. y no necesariamente tiene que tener que ver con nada.

jueves, 17 de julio de 2008

Claroscuro

Caminé como siempre para entrar a la jaula, ese lugar que odiaba pero que era, si no la más importante, una parte indispensable de mi rutina. Ni me miró cuando entré. Su cara de desinterés por la hora de la comida no se la creía ni él. Parecía estar en la luna. No, no era él el que estaba en la luna. La luna residía en él, en su pelo blanco brilloso, lustroso, y en sus ojos, que decididamente guardaban mucho parecido con un par de selenes móviles con derecho a deambular por la Tierra. Apenas se le escuchaba la respiración. Dejé el plato en el suelo y salí decorosamente, pero con un apuro acelerado por el miedo y el desagrado que me producía ese lugar y lo que había adentro. En cuanto cerré la puerta lo escuché moverse, como flotando, hacia lo que le había dejado. Tenía ganas de vomitar, de ésas que uno siente cuando acaba de salir de una situación horrible sin arreglarla.
Al día siguiente, como todos los días desde que empecé a trabajar ahí, se repitió la situación. Al final del mes me reuní con mi Jefe, que además de felicitarme por un trabajo impecable me dijo con los ojos algo que estaba tan implícito en él, pero bastante manifiesto en mí. Le vi una mirada de arrepentimiento por haber contratado a alguien que realmente cuidara la vida de aquella cosa. Salí de la oficina y mi cabeza se arremolinó. Está bien, no sabemos ni por qué lo tenemos pero, ¿Era moralmente correcto deshacerse de él? ¿Se pondría contento el Jefe si yo me ocupaba? En verdad no entendía. No entendía nada. Empezaba a no entenderme a mí mismo, mi cabeza se convertía en una bandada de negros cuervos que se alejaban de mí batiendo sus alas emplumadas.
El tiempo siguió normal, aunque en mi cabeza era más lento y tortuoso que nunca. Ahora no era como antes, cuando entraba lo veía como aovillado en un rincón con la cara vuelta hacia mí, con dos pedazos de hielo clavados en mí, siguiéndome y casi amenazándome, aunque se veían completamente desamparados, aunque inexpresivos hasta niveles poco imaginables. Ya no se movía en cuanto me iba, sino que empezaba a desdoblarse cuando yo me alejaba para salir del recinto luego de dejar atrás la jaula.
Un día conseguí un arma. Un hermoso cañón plateado que relucía, una rígida serpiente de plata ansiosa de cobrarse una víctima. A escondidas pude meterla en la jaula, pero en cuanto pensé sacarla entró el personal de limpieza. Parecía que lo traía él con los ojos, como una especie de advertencia siniestra. Ya empezaba a creerme cualquier cosa. No podía ser que aquél empleado fuera traído por la mirada de un ser vivo. No podía ni me disponía a creer algo así. Saludé cordialmente al nuevo visitante que nunca entendí por qué estaba ahí a esa hora, dejé la porción de almuerzo en el suelo y me di el lujo de salir corriendo. Estaba enloqueciendo.
Al día siguiente no fui a trabajar. No podía. No paraba de pensar en lo que había visto el día anterior, ni quería, porque ni siquiera estaba seguro de lo que había pasado. Él hoy no comería nada, pero poco era lo que me importaba. Al día siguiente me aseguraría de acabar con él.
Entré despacio a donde se encontraba la jaula, habiéndome asegurado de que nadie entraría. Caminé adentrándome en una boca de lobo. A sabiendas de que algo diferente iba a pasar hoy, di un paso adentro de una jaula mucho más oscura de la que conocía, sin llevar el alimento del día, sólo mi rayo de plata ansioso por aplicar su justicia metálica. Apunté a la oscuridad, al lugar en el que se veían dos lucecitas mínimas, y disparé. Escuché el fogonazo como de lejos, y de repente me vi a mí mismo como centro de un charco húmedo y oscuro que apenas se veía. Me dolía el pecho. Estaba viendo huir de mí a mi vida y a aquella cosa también, había dejado la jaula abierta, y me daba cuenta de eso mientras la oscuridad del ambiente me embebía a mí en remolinos de espuma azabache...

27 de Mayo.

Hay algo adentro mío que está dormido y aún dormido puja y grita por despertar, creyendo que puede lograrlo. Desollándose los dedos y la piel contra las paredes, a los golpes contra esas paredes que lo separan del exterior. Lo que yo solía ser está enterrado vivo en algún lugar de mí, y carece de uan campanilla para llamar a rescate. El tiempo corre para atrás junto al aire que le queda. Probablemente llegue alguien que, sin saberlo, lo desentierre y me devuelva mi antigua gloria quer ahora se halla, perdida, bajo tierra y reventándose contra todos los costados. Necesito ayuda y no cualquiera es de utilidad, ya no sé a dónde me dirijo, no hay viento para mi vela rasgada.



Así estaba yo en mayo. mis adentros gritaban y ni yo los escuchaba, pero se manifestaban en estos escritos tristes.

Qué interesante como al final logró salir eso, todavía se está sacudiendo el polvo de encima, pero por suerte respira otra vez (:

gracias chicos. de corazon.

viernes, 11 de julio de 2008

Terminé "El lápiz del carpintero"!

Y voy a postear el final, porque se lo merece y asi les arruino la intriga a todos.
Cuánta maldad que se halla embebida en mi ser, eh? >=D

Tengo el libro todo lleno de papelitos, porque hay muchas partes que me gustan y que merecen que las transcriba al blog. Salen en la semana.


"Herbal se apoyó en el quicio de la puerta. En la noche lluviosa y venteada, el neón de la valquiria parpadeaba con una obscenidad triste. El perro del cementerio de coches le ladraba a la procesión de faros. Una letanía de buril en la oscuridad. Herbal notó el ahogo y deseó que lo arrasara por dentro una ráfaga de aire. Por el camino arenoso que llevaba a la carretera, la vio por fin venir. La Muerte con sus zapatos blancos. Por instinto, palpó buscando el lápiz de carpintero. ¡Ven, cabrona, ya no tengo nada!
¿Por qué estaba tan callada? ¿Por qué no maldecía a la puta Vida y al sonriente acordeonista que se la había llevado?
¡Entra, Herbal!, dijo Manila abrigándose con su chal de encaje negro. ¿Qué haces aquí fuera solo como un perro?
El dolor fantasma, murmuró él entre dientes.
¿Qué dices, Herbal?
Nada."

martes, 8 de julio de 2008

L.U.S.T.

We're loveful, There's plenty of textures for us to try, like new walks on the parks of our sensations. Our minds turn to black, everything dissapears around our magic contact. Blackness is just here to watch, swallowing our dry worn-out hearts in it's foul breath of self-consciousness.

Just a little drop of you can cure this torn flesh i have here for heart.

Cure? Or Curse?

domingo, 6 de julio de 2008

Me Odio.

A ciegas. Reptando por un suelo a cuadros que ya no es mas suelo sino tus brazos que me envuelven, en sueños. Sueños dorados que nunca voy a rozar ni con la punta de mis dedos. No está en mí, sino en vos el si alcanzo o no mis deseos mas estúpidos, msi caprichos mas fuertes. Son puras mentiras, Pura imaginación que al fin y al cabo no hace mas que hundirme en el mar de texturas que la vida me ofrece y no disfruto. El mundo siempre supo lo que yo quiero pero nunca me lo ofreció. Busco alguien con otra sintonía, capaz de quererme como jamás me quisieron, que repare los harapos de los que se compone lo que alguna vez se llamó alma y que ahora ya no tiene nombre, perdido en historias de amor inexistentes.

Jugo de corazón, tengo sed de tu sangre y de nadie mas.